FILOSOFÍA
En un mundo del ahora y su elaboración de vinos idénticos e impersonales, Pico Cuadro como bodega artesanal representa un gesto heroico que declara sus valores en contraste con la elaboración “just in time”.
El compromiso con una forma de trabajar más laboriosa y que requiere más tiempo es también un compromiso con la creatividad, el talento y la artesanía consagrada por las manos expertas que llevan a cabo la riqueza de nuestros suelos.
Nuestro respeto por los viticultores es la base de cada idea creativa. Desde el mismo momento de la selección de la uva por uva para una nueva añada, viajamos a la región de donde proviene esa materia prima y donde se trabaja a mano, utilizando únicamente procesos naturales.
Así es como todos los Vinos Pico Cuadro cobran vida, nacidos del amor de hábiles viticultores. De esta elaboración artesanal de cada vid surgen vinos con valores que perduran y remontan a un consumo más consciente y consciente, que anhela una identidad más allá de la replicación sin fin.
Nuestro sentimiento por la belleza natural del planeta sólo puede expresarse verdaderamente mediante la adopción de métodos de producción que promuevan el respeto por el medio ambiente y nuestro entorno.
Poco a poco, de forma consciente y reflexiva, en Pico Cuadro hemos creado a lo largo de los años un modelo de negocio propio que tiene que ver con la sostenibilidad.
Son vinos genuinos, distintivos y perfectos que adquieren verdadera belleza con el paso del tiempo. El proceso de envejecimiento revela la belleza natural de las barricas de madera noble, impregnando cada surco, con personalidad y carácter.
Es precisamente esto lo que hace de cada vino de PICO CUADRO una pieza única: la forma en que valoramos la riqueza que aporta el tiempo y el amor a cada vino.
EQUIPO
Desde el año 2014 la bodega está participada por Oscar Garrote, Diego Álvarez Gorosito, Felipe Castrillo y un grupo de suecos enamorados del vino muy ligado a la Ribera del Duero. Felipe Castrillo continúa siendo el enólogo y socio fundador de la bodega.
El proyecto se inicia en la vendimia del 2005 con el compromiso de elaborar vinos bien diferenciados por su procedencia. El trabajo desarrollado con este objetivo a lo largo de estos años nos ha llevado a buscar la singularidad en distintas zonas de la denominación de origen. En la actualidad controlamos un total de 19,5 hectáreas repartidas en 16 parcelas y en 4 zonas geográficas diferentes.